La legendaria isla de Creta fue el lugar de nacimiento de una leyenda de los fichajes de verano de la Liga; el melenudo Petros Marinakis nació en la histórica Heraclión, donde es reconocido como uno de los mejores futbolistas que jamás ha dado la isla griega.
Marinakis (con cierto parecido a un ex-guardia civil que se casó con la hija de una tonadillera) se formó en el OFI de Creta. Era un centrocampista todoterreno que con su melena al viento arrasaba en la medular destruyendo y construyendo al mismo tiempo. Jugando con el OFI, aportó lo suyo para eliminar al Atlético de Madrid de la copa de la UEFA en 1993. Al finalizar aquella temporada fichó por el Olympiakos donde siguió mostrándose como un centrocampista batallador. En 1996, ya con la ley Bosman, el Sevilla incorporó a un montón de futbolistas de la talla de Mornar, Oulida, Jelicic o Colusso, y de Grecia se trajo a una tal Tsartas y a Marinakis.
Pero nuestro protagonista no tuvo suerte en aquel extraño Sevilla, y no rindió al nivel esperado, dejando al equipo en marzo, con tan solo once partidos disputados y camino de un descenso que finalmente se confirmó. Con el mote de Mari Paqui y como uno de los peores fichajes de la historia del club de Nervión, el chaval volvió a su isla, a su OFI de Creta.
Jugó a fútbol hasta 2001, después ha ejercido como entrenador en las categorías inferiores del OFI y dentro del staff técnico del primer equipo.

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