Quién le diría a Sergi Mas y Alfonso Arus cuando en un conocido programa de humor de los 90 decidieron interpretar al personaje del segundo portero del Sevilla, o sea el de Monchi, que años después este se convertiría en un director deportivo de mucho éxito, poseedor de un ojo bárbaro para encontrar el fichaje perfecto y construir así equipos que aspiren a todo.
“El león de San Fernando” destacó como portero del club “isleño” con sus paradas imposibles siendo muy joven, y el Sevilla consiguió hacerse con sus servicios para que jugara en el filial. En 1990 llegó al primer equipo y aunque pasó demasiado tiempo en el banquillo, siempre a la sombra de muy buenos porteros, tuvo sus buenos momentos y fue sobre todo hombre de los que hacen piña en el vestuario. Fiel al Sevilla, se mantuvo en el club hasta su retirada en el 2000. Además, pasar tanto tiempo en el banquillo junto a entrenadores de nivel le aportó infinidad de conocimientos tácticos y pícaros, siendo habitual que se sentara junto a Carlos Salvador Bilardo en la aventura del narigón en Sevilla. Era habitual ver a los dos charlando antes, durante y después de cada partido, experiencia que le fue muy bien al retirarse.
Tras colgar los guantes se convirtió en Delegado del primer equipo, pasando después a ser Director Deportivo del Sevilla FC. En esta faceta se convirtió en el héroe en la sombra de los éxitos del Sevilla.
Sabe comprar, sabe vender y cogió a un Sevilla sin apenas recursos y se marchó como todo un crack de las transacciones camino de Roma y declinando ofertas de los equipos más poderosos del planeta Tierra. A pesar de que en los tiempos de Monchi la Roma llegó a semis de Copa de Europa y eliminó con épica al Barcelona, Monchi salió por diferencias con James Pallota, el mandamás norteamericano de la Roma.
Volvió al Sevilla, donde se está consolidando un buen proyecto, y hoy tiene la posibilidad de eliminar a la Roma de la UEFA (nunca Europa League). Ya sabemos que la UEFA tiene un color especial, y cuántas veces podemos cantar en el fútbol aquello de : “Las vueltas que da la vida, el destino se burla de ti”.

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