Roman Kosecki nació un 28 de febrero de 1966 en Piaseczno, Polonia y comenzó a jugar en el RKS Mirkow de su país al tiempo que se dejaba el pelo largo, vestía pantalones elásticos y formaba parte de un grupo de Speed Metal.
Abandonó el barco de colegas para seguir dedicándose al balón, militando en el RKS Ursus, en el Gwardia Varsovia y en el Legia Varsovia; pasando dos años en el Galatasaray turco antes de recalar en Osasuna en la época en que la directiva del club pamplonica tenía especial predilección por ojear a las principales estrellas polacas. Roman, pasional y aguerrido como la música que le gustaba, destacaba por su lucha y su velocidad.
El Atlético de Madrid se fijó en las condiciones de Kosecki y Gil lo vistió de rojiblanco en 1993 como heredero del portugués Paolo Futre. En el Atlético tuvo altibajos, pero todo colchonero recordará su partidazo en aquella remontada de 4-3 contra el Barcelona.
Jugó en Francia, en Nantes y Montpellier, y de nuevo en su país para después retirarse en los Chicago Fire de Estados Unidos. Al colgar las botas, cambió su aspecto heavy para lanzarse a la política, siendo de esos que piensan que si a los 20 años no tienes un espíritu revolucionario es que eres un tío raro, pero que más raro eres si a los 40 todavía tienes espíritu revolucionario, así que como conservador se ganó una silla de diputado.
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