Roy Maurice Keane, uno de los tipos más duros que ha dado el fútbol británico y no se muerde la lengua cuando tiene que opinar sobre fútbol. Crítico con el fútbol moderno y con el comportamiento de los futbolistas, al termino del derbi de Manchester del otro día, soltó una de esas frases que pasan a la historia: “Dos tarjetas en un derbi, nunca vi tantos abrazos ni tantas conversaciones después del partido… ¡es un derbi! “.
Este irlandés con cara de niño introvertido, se formó en el Cobh Ramblers de su país, de donde pasó al Notthingam Forest de Brian Clough en 1990. Futbolista intenso y de lucha constante en la medular, se enroló en 1993 en el Manchester United de Alex Ferguson con un traspaso récord del fútbol británico en su momento. Fiero y provocador, se recuerdan sus acometidas con el centrocampista del Arsenal Patrick Vieira, y una dura entrada, que fue una venganza, y que apartó de los terrenos de juego al noruego Alf-Inge Haaland (padre de Erling). Siempre tomándose la justicia a su manera, Roy Keane mostró un carácter duro tanto dentro como fuera del campo.
Jugó durante 12 temporadas en el Manchester United, haciendo el trabajo sucio para un equipo que con él en el campo consiguió un montón de títulos. Malvado y belicoso, también encontraba momento para sacar el talento que atesoraba y se retiró en el club del que fue fan desde niño, el Celtic de Glasgow.
Con la selección de Irlanda jugó el mundial de 1994, y abandonó la concentración en 2002. Un tío con carácter, que cuando colgó las botas pasó a sentarse en los banquillos y que nunca se muerde la lengua, pues ya había soltado alguna frase como:
“Me he peleado con tanta gente que ya no se a quien dar la mano antes de cada partido”, o “Hay demasiados jugadores del Arsenal interesados en las selfies. En vez de estar concentrados en ganar la Premier League, todo se trata de cómo se ven sus cuerpos, cómo es su cabello, más que ganar partidos”.
Tan admirado como odiado, el guerreo irlandés nunca pasó desapercibido.
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