El gran portero turco fue Rüstü Reçber, guardián del arco de aquella Turquía que logró un tercer puesto en el mundial de Japón-Corea 2002.
Natural de Antalya, el guardameta sobresalió de muy joven y los tres grandes equipos de su país (Fenerbahçe, Besiktas y Galatasaray) pujaron por hacerse con sus servicios. Finalmente se lo llevó el Fenerbahçe, donde se convertiría en pieza clave en la conquista de cuatro ligas. Los canarios amarillos no olvidarán nunca sus estiradas y grandes reflejos melena al viento del portero que se convirtió en leyenda de su equipo.
Como portero titular de la selección de Turquía, llegó al mundial de 2002, donde tuvo una acción destacada que le sirvió como escaparate para fichar por un club de las grandes ligas europeas. Lo quiso la Juve, el Manchester United y lo tenía medio hecho con el Arsenal de Wenger, pero fue el Barcelona quien lo contrató en la temporada 2003/04, cuando Laporta llegó al palco para cambiar la historia culé y el portero con las ojeras manchadas era el elegido.
Sin embargo, tuvo problemas de adaptación a un club de las dimensiones del Barça, con una de las porterías más difíciles de soportar y el joven Víctor Valdés le quitó el puesto.
“No es normal que un portero de mi historia y mi calibre se quede fuera porque no habla español”.
Perdió la oportunidad de triunfar en el Barça y al final de la temporada volvió a Turquía, para jugar de nuevo en el Fenerbahçe. Allí permaneció varias temporadas para retirarse finalmente en el rival del Fenerbahçe, el Besiktas, donde tuvo alguna que otra actuación memorable a pesar de su edad.
En 2020, Rüstü lo pasó mal por el coronavirus y estuvo ingresado de gravedad. El Barcelona le dio ánimos públicamente y el guardameta quedó agradecido con su ex-club:
“Quiero expresar mi infinito agradecimiento a todos, especialmente al señor Bartomeu”.
Un portero fuerte, al que el covid no pudo marcarle gol.
Debe estar conectado para enviar un comentario.