Hoy día 1 de septiembre tenemos el placer de felicitar por su cumple a uno de los iconos del fútbol ochentero, un futbolista y una persona excepcional, muy admirado desde niño por quien escribe estas letras, el holandés Ruud Gullit.
Hijo de padre surinamés, Ruud Gullit nació en Amsterdam el primero de septiembre de 1962, y muy pronto se enamoró del balón. Tras formarse en el DWS, debutó como profesional en el HFC Haarlem con 16 años, siendo el debutante más joven en la historia de la Eredivise y destacando ya por su físico. Ruud Gullit leía el fútbol de maravilla y eso provocaba que pudiese jugar en cualquier posición, de centrocampista, en banda, como punta o incluso de lateral si hacía falta. Destacaba por su potente zancada con la que desbordaba rivales y rivales que no podían parar su melena leonada. Tenía un estupendo golpeo de balón y sacaba un disparo a portería o un centro peligroso de la nada. Tras su paso por el HFC Haarlem jugó tres temporadas en el Feyenoord y otras dos en el PSV Eindhoven antes de fichar en 1987 por el Milan de Arrigo Sacchi.
Fue pieza clave en aquel todopoderoso Milan que arrasaba en Europa con el trío de holandeses que formaban Van Basten y Rijkaard junto a Gullit. Junto a ellos, Gullit pudo levantar también la Eurocopa de 1988 con la selección de los Países Bajos. Después de sus exitosas campañas en el Milan, fichó por la Sampdoria y en 1995 puso rumbo a la Premier League, a u club corriente, el Chelsea, en el que Gullit entró como jugador y salió como entrenador, y al que revolucionó con sus fichajes procedentes del calcio. Lo ganó casi todo durante su carrera, a pesar de las lesiones que aparecieron en momentos clave. Pero Ruud, se levantó siempre, como se levantaba y alzaba la voz contra aquello que le parecía injusto.
Cantó contra el Apartheid y dedicó su Balón de Oro de 1987 a Nelson Mandela “Era una época en la que yo fui a muchas de esas manifestaciones. Me encanta la música ‘reggae’, que estaba muy de moda y que se identificaba también como símbolo en contra del ‘apartheid’. Años después de dedicarle el Balón de Oro me invitó a Sudráfrica y me otorgó el título de comandante (‘Commander’) de su país. Recuerdo que me dijo: ahora que soy presidente y estoy fuera de prisión tengo mucho amigos, pero cuando estaba en la cárcel (de Robben Island) no tenía tantos. Y tú fuiste uno de los que me apoyaste” recuerda el Tulipán Negro, un futbolista y una persona ejemplar, respetado por todos, y que hoy se ha hecho un poco más viejo. Felices 59 Ruud.
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