Antes de la pandemia, España ganó el Europeo sub-19 mostrando un futuro prometedor. Una buena generación de futbolistas que realizó un gran torneo. “Un grupo fuerte y una familia en el vestuario” quiso resaltar el entonces seleccionador español, el albaceteño Santi Denia.
Santi había sido en su día uno de los defensas más prometedores de nuestro país, debutando con 18 años en la máxima categoría. Se estrenó el 6 de septiembre de 1992, cuando el entrenador Julián Rubio confió en Santi para marcar a Davor Suker, delantero del Sevilla que aquella tarde anotó 3 goles. A pesar de su desafortunado debut, Santi no tardó en liderar la zaga del queso mecánico, convirtiéndose realmente en uno de los mejores defensores de la Liga. Dotes de mando, contundencia, y también buen trato del esférico eran sus principales cualidades.
En 1995, el Atlético de Madrid se hizo con los servicios de Santi y del portero Molina, y ambos se convertirían en piezas clave para la conquista del histórico doblete rojiblanco esa misma temporada. Tuvo grandes temporadas vestido de rojiblanco, aunque también le tocó vivir la pesadilla del descenso. Continuó en el Atlético en sus temporadas en Segunda y volvió a Primera, aunque falto de participación, en el mercado de invierno de la 2004/2005 decidió retornar al Albacete, donde finalmente se retiraría en 2007, con cerca de 300 partidos disputados en Primera, en solo dos clubs, el Albacete y el Atlético de Madrid.
Con la selección absoluta disputó únicamente dos partidos.Tras colgar las botas trabajó en las categorías inferiores del Atlético de Madrid, y desde 2010 en las de la selección española, haciéndose cargo de la sub-17 y de la sub-19, campeona de Europa. Ahora la está liando parda de nuevo ayudando a De La Fuente en la selección olímpica que pinta muy bien. Con Santi Denia hay futuro.
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