Vuelve la Copa de Europa y vuelve Serhiy Rebrov al Camp Nou, esta vez como entrenador, y cabe recordar que en las dos veces que el ucraniano pisó el templo azulgrana como jugador los encuentros pasaron a la historia.
El primero fue el 29 de septiembre de 1993, aquella noche de San Miguel el Barcelona de Johan Cruyff realizó una de sus mayores exhibiciones que se le recuerdan, venciendo al Dynamo de Kiev por 4 a 1 y remontando el 3 a 1 en contra de la ida. En aquella mágica noche del Camp Nou, Rebrov anotó el gol de los visitantes. En su segunda visita, ocurrió totalmente lo contrario, fue el 5 de noviembre de 1997, y el Dynamo de Kiev comandado por Lobanovskiy arrolló al Barcelona de Van Gaal y le infringió una histórica goleada por 0 a 4. La estrella fue Shevchenko que anotó un hat-trick, pero fue nuestro protagonista de hoy quien sentenció el marcador.
Dos visitas, dos goles, una de cal y otra de arena y dos partidos que son historia para bien y para mal de la historia del Barcelona y el Camp Nou. Hoy regresa Rebrov a un lugar de agridulces recuerdos y lo hace como técnico del Ferencvaros húngaro, lo que da mayor un romanticismo a velada si se piensa en aquellos mágicos húngaros que defendieron el escudo azulgrana con honor, el rubio Platko, Czibor, Kocsis y Kubala.
Por lo que respecta a Rebrov todos lo recordamos como el mejor aliado que pudo tener Shevchenko en su carrera, congeniaban tanto en el potente Dynamo de Kiev de finales de los 90 como en la selección ucraniana. Juntos dieron muchos recitales, y con la llegada del nuevo milenio ambos tuvieron que partir a las grandes ligas. Shevchenko fue al Milan italiano, y Rebrov al Tottenham Hotspur inglés por un traspaso entonces récord para los Spurs.
En Londres fue un jugador intermitente que no logró ganarse la confianza de Glenn Hoddle y tuvo que salir cedido al Fenerbahçe y posteriormente al West Ham. Finalizado su contrato, pudo regresar al Dynamo de Kiev como jugador libre y volvió a reencontrarse con el gran jugador que llevaba dentro. Clase, técnica, visión de juego y un fenomenal golpeo hacían de Rebrov un temible enganche con mucho gol. Tuvo una buena segunda etapa en Kiev y se retiró finalmente en el Rubin Kazan en 2009.
Tras entrenar al Dynamo de Kiev y al Al-Ahli saudí, desde 2018 ocupa el banquillo del Ferencvaros, histórico equipo al que ha vuelto a poner en el panorama futbolístico con su clasificación a la Champions. Visita el Camp Nou, y no hay nada que perder, agárrense los cinturones.
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