Stanley “Stan” Victor Collymore

Parecía el delantero centro total, cuando al empezar los 90, los goles de Stan Collymore lo convirtieron en una de las mayores promesas del fútbol británico. Veíamos sus goles en Más Deporte, y Michael Robinson los repasaba en el Día Después con aquel “Caviar” que, junto al Lobo Carrasco, mostraba a los mejores talentos del mundo. Fue el primer fichaje de muchos nuevos proyectos en el Pc Fútbol. Pero fue una estrella fugaz, una estrella estrellada, efímera, quizá debido a su cabeza inestable.
Lo cierto es que con su envergadura, su velocidad, su fortaleza, y la capacidad para chutar a puerta desde cualquier lugar, Collymore se convirtió en uno de los delanteros más cotizados de la época. Una especie de Ronaldo (el bueno) muy difícil de parar si encaraba portería. 


Tras pasar por varios equipos menores, sus goles con el Notthingam Forest le dieron fama internacional, y todo apuntaba a que se uniría al Manchester United de Alex Ferguson. Pero en 1995, el Liverpool pagó un pastizal para hacerse con sus servicios. Collymore no defraudó, y formó una gran delantera junto a Robbie Fowler. En el recuerdo de su época red, el 4-3 contra el Newcastle el 6 de abril del 96.
Sin embargo la estrella se fue apagando, al tiempo que empezaban sus problemas extradeportivos. Fichó por el Aston Villa, más tarde Fulham, Leicester City, donde la lió en un hotel de La Manga, Bradford City y finalmente Real Oviedo.


Su paso por el Real Oviedo no pudo ser más desgraciado, lejos de ser el futbolista que había maravillado en los 90, su llegada a la Liga en el nuevo milenio supuso uno de los mayores desencantos que se recuerdan en nuestro fútbol. La ilusión que creó en Oviedo se desvaneció al ver un futbolista pasado de kilos y con muy poca motivación. Radomir Antic había apostado por él, pero en una temporada desastrosa, el Real Oviedo descendió a segunda. Collymore colgó las botas, saliendo del mundo del fútbol por la puerta de atrás. Depresiones, polémicas, excesos… fueron el día a día de una persona diagnosticada (según él en su biografía) de trastorno límite de personalidad.

En la actualidad hace de comentarista y columnista deportivo, y un día se le escapó un “¡Viva el Beti!” en una entrevista.

Stan Collymore, cromo robado a los de la Premier