Tibor Jancula

24 de agosto de 1997, Bratislava, era un poco raro para el mes que estábamos ya un poco de frío, y en el estadio Tehelné Pole (campo del ladrillo) se disputaba un partido de gran interés, el que enfrentaba a Eslovaquia con la República Checa, dos selecciones cuyos jugadores defendían la bandera del mismo país hasta hacía cuatro años. Por capricho de las bolas, ambas coincidieron en el mismo grupo de clasificación al mundial de Francia 98, y quedaron encuadradas en el grupo de España.

El partido no sería intrascendente, era el primer duelo oficial entre eslovacos y checos (en 1995 habían disputado un amistoso que finalizó empatado a uno) y se impusieron los locales por 2 a 1, marcando el primer gol el checo Smicer, felizmente casado durante la Euro del 96. Pero remontaron los eslovacos (y eso que no jugó Peter Dubovsky), el delantero Tibor Jancula anotó el primer gol oficial de Eslovaquia sobre República Checa, y su compatriota Majoros puso el definitivo 2 a 1.

Tibor Jancula hubiera podido representar años antes a la selección de Checoslovaquia, pues a principios de los 90, cuando todavía era un veinteañero que compaginaba fútbol y estudios, se convirtió en uno de los delanteros más destacados del fútbol checoslovaco ya que bajo el escudo del FC DAC 1904 Dunajská Streda, Jancula marcó goles hasta con el culo. De allí pasó, en 1993 al Viktoria Zizkov y la escisión le pilló en la República Checa. Demostró su nivel, y logró ser internacional, siendo uno de los pioneros en la delantera eslovaca. En 1995, fichó por el Salzburgo austríaco, que por aquel entonces era más casino que bebida energética y un año antes había disputado la final de la UEFA ante el Inter de Milan. En Austria, el eslovaco demostró ser de esos delanteros que cuando están solos ante la portería contraria no suelen fallar, y anotó 9 goles en su paso por la Bundesliga austríaca.

Tras un breve paso por el Slovan, fichó por un equipo de la Bundesliga alemana, el Fortuna Düsseldorf, pero había perdido punta de velocidad y ya no era tan desequilibrante como hacía unos años. Aun así, era un asiduo de su selección y logró aquel primer gol histórico a sus rivales en partido oficial. Jugó también en el Beveren belga, volvió al Slovan para vivir una magnífica segunda juventud y terminó su carrera retirándose profesionalmente en el Ferencvaros húngaro.

Con la selección de Eslovaquia anotó 9 goles en los 29 partidos que disputó, contra la República Checa, uno muy especial.

Cromo Tibor Jancula