Unai Emery Etxegoien

Hoy pocos se sentirán tan de puta madre como Unai Emery, que lo ha vuelto a hacer, esta vez haciendo historia con el Villarreal, y logra ya cuatro títulos de Europa League (tres con el Sevilla) además de un subcampeonato (con el Arsenal). La victoria de anoche certifica, además, que no hay Superliga que pueda desbancar el sentimiento y la pasión que provocan las competiciones europeas, y las ligas nacionales. Con el Leicester City logrando títulos en Inglaterra, con el Lille ganando el campeonato en Francia y con equipos como el Villarreal realizando gestas en Europa ¿qué sentido tiene crear una Superliga de ricos privada?

Pero hablemos (de nuevo) de Unai Emery, perteneciente a una familia de guardametas, su abuelo fue un mítico portero del Real Unión de Irún, de cuando el equipo vasco ganaba Copas de España, allá por los años 20 y 30. Su padre también se puso los guantes, y defendió las porterías de Real Unión de Irún, Alavés, Logroñés, Deportivo de La Coruña, Sporting de Gijón, Recreativo de Huelva, Granada y Real Jaén. Pero Unai, en cambio, prefirió jugar al fútbol con los pies, lo hizo como centrocampista y debutó en Primera con la Real Sociedad, aunque pasaría su carrera deportiva entre la segunda y la segunda B, jugando en el Toledo, el Racing de Ferrol, el Leganés y el Lorca.

Pasó a ser entrenador del conjunto murciano tras colgar allí las botas. A partir de ahí, un ascenso meteórico en una década, donde ha entrenado a Almería, Valencia, Spartak de Moscú, Sevilla, PSG, Arsenal y Villarreal.
En Almería demostró ser un estudioso del juego, y sorprendió con su buena visión táctica y las jugadas ensayadas. En el Valencia clasificaba al equipo cada año a la Champions League a pesar de la fuga de estrellas, en Rusia el frío no le dejó escribir en su pizarra táctica y en el Sevilla consiguió hacer historia al ganar tres UEFAs seguidas. En el Arsenal nadie sabe qué objetivo tenía pero llevó al equipo a la final de la UEFA hace dos temporadas y en el Villarreal, ahí está, logrando la gloria europea, el primer gran título de un equipo que no para de crecer desde que lo cogiera un rico empresario valenciano a finales de los 90. Su gestión, en este caso, es incontestable, incluso soportó el descenso de categoría en 2012, momento en que muchos pensaban que sería la hecatombe de un club al que todavía se le acusa de tener mucho dinero y poca masa social. Nada, renació y siempre con buena elección para sus fichajes llegó al banquillo Unai en julio de 2020. No ha necesitado mucho tiempo para impulsar la historia amarilla.

Y es que Unai Emery es un tío que vive mucho el fútbol, de mucho carácter, y un gran estratega, quizás no sea simpático ni tenga carisma pero trabaja y consigue resultados, este triunfo tiene mucho mérito, se lo merece.

Cromo Emery Ediciones Este