El primer futbolista venido desde Rusia que jugó en el Real Betis fue Velli Kasumov. Eran tiempos de la Unión Soviética y, en 1992, este futbolista natural de Azerbaiyán lo petaba en el campeonato soviético convirtiéndose en el máximo goleador de la liga.
Del Neftchi Baku pasó al Spartak de Moscú y cambió de colores sin cambiar de ciudad al fichar por el Dynamo de Moscú. Fue vestido de azul donde obtuvo unos registros espectaculares, de casi gol por partido, por lo que media Europa puso sus ojos en él. Finalmente se lo llevó el Real Betis (entonces en Segunda) después de que Lopera pagara 200 millones de pesetas para incorporar al temible delantero y a Andrei Kobelev, un centrocampista que le acompañaría en su aventura española.
Kobelev se incorporó en diciembre, pero la parroquia verdiblanca no pudo ver en acción a Kasumov hasta febrero de 1993, ya que el Dynamo esperó hasta última hora algún ofertón desde Italia. Finalmente, Kasumov, pudo debutar en un partido contra el Sestao. Formó delantera con Javier Zafra, anotó un gol y dio una asistencia en la victoria por 4-0 frente al equipo vasco. La afición se frotaba las manos, pues el delantero ruso demostró en su primer partido, con apenas unas horas en Sevilla, su capacidad rematadora y su olfato de gol.
Tres goles más anotaría en aquella temporada que terminó en ascenso y una vez en Primera se quedó en la plantilla aunque cada vez gozó de menos protagonismo. En busca de minutos fichó por el Albacete en 1995. Con el Queso Mecánico tampoco se acercó a los registros que años antes había realizado en el fútbol soviético y probó suerte en el Écija (en Segunda) antes de poner rumbo a Portugal, donde colgaría las botas definitivamente.
Amante del sol de la península ibérica se quedó a vivir en Andalucía. Jugó en el Real Betis en la Liga Indoor y entrenó al Gelves CD. Cuando se disolvió la Unión Soviética, fue internacional con Azerbaiyán en 14 encuentros.
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