Ha vuelto el fútbol los lunes y hoy se juega un Villarreal-Valladolid que seguro nuestro protagonista de hoy no se quiere perder, ya que desarrolló gran parte de su carrera en ambos clubes. Hablamos de Víctor, un delanterazo de los 90 y la primera década del 2000 que dio muchas alegrías a la parroquia pucelana para después convertirse en el delantero que revolucionaría a un todavía modesto Villarreal.
El extremeño fue un delantero habilidoso, intenso y descarado que se formó en el Club Deportivo Leganés, de donde pasó posteriormente al Real Madrid. En 1994 y en busca de oportunidades, fichó por el Tenerife, club con el que debutó en Primera División pero en el que nunca encontró la manera de convertirse en titular. Salió cedido al Toledo, donde anotó 10 goles en 20 partidos que acercaron al equipo castellano a disputar la promoción de ascenso a Primera. Después regresó al Tenerife, pero en 1996 puso rumbo a Valladolid para convertirse en el referente en ataque de un equipo que logró clasificarse a la UEFA. Sus actuaciones en el Real Valladolid le valieron la convocatoria de Jose Antonio Camacho y el debut en la selección en un encuentro ante Croacia.
A pesar de su estatura, Víctor era un incordio para los defensas, lo remataba todo, poseía un regate diabólico y era rápido como un rayo. Pasó cuatro temporadas en Pucela dando grandes tardes a un Zorrila que lo amaba, y en el año 2000 se convirtió en el fichaje más caro de la historia del Villarreal y en el líder de su proyecto para la Primera División. Aquel Villarreal todavía no había alcanzado la dimensión que posteriormente alcanzaría, todavía vestía con pantalón azul, y el “Chingu” fue una de las piezas clave para revolucionar al club amarillo. Recordados son sus dos goles en el Camp Nou para dar un histórico triunfo al Villarreal. Con él en el equipo, los de La Plana lograron conquistar dos Intertotos (aquel torneo sin trofeo que daba acceso a la UEFA). Marcó 44 goles en sus cuatro temporadas en el Madrigal y con el deber cumplido regresó a Valladolid en 2004 para ascender al equipo a la Primera División. Lo consiguió en 2007, y además como máximo anotador del cuadro pucelano.
En 2009 el Cartagena fue su destino tras no renovarse su contrato, y casi hace historia en el club murciano pues realizó una magnífica temporada donde casi se logra el ascenso a la máxima categoría. Finalmente se retiró en el Leganés en 2012, con un montón de goles y encuentros disputados a sus espaldas. Ha entrenado al Leganés, al Cartagena y en las inferiores del Real Valladolid. Hoy seguro que le gustaría vestirse de corto.
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